1 Hay una fuente sin igual, De sangre de Emmanuel, En donde lava cada cual, Las manchas que hay en él. Las manchas que hay en él. 2 El malhechor se convirtió, Muriendo en una cruz, Al ver la fuente en que lavó, Sus culpas por Jesús. Sus culpas por Jesús. 3 Tu sangre nunca perderá, ¡Oh, Cristo! tu poder, Y sólo en ella asi podrá, Tu Iglesia salva ser. Tu Iglesia salva ser. 4 Desde que aquella fuente vi, Mi tema sólo fue, Tu redentor amor, y así, Cantando moriré. Cantando moriré. 5 Después cuando en la tumba ya, Mi lengua muda esté, Canción más dulce y noble habrá, Que en gloria cantaré. Que en gloria cantaré.